lunes, 12 de enero de 2015

UN CABALLERO PERFECTO

Hola a todos.
Aquí os traigo un pequeño fragmento de mi relato Un caballero perfecto. 
Charles no oculta su deseo de convertir a Martha en su esposa. Y Bárbara parece tomar una decisión.
¡Vamos a ver lo que pasa!

                                    Desde la tarde en la que Charles habló con Bennet, algo cambió en él.
                                    Todas las tardes, iba a buscar a Martha a su casa para salir a dar un paseo. Los padres de la joven eran los primeros que estaban sorprendidos.
                                    De algún modo, Charles ya no sentía miedo ni de nada ni de nadie.
                                    Y pregonaba a los cuatro vientos que era Martha el amor de su vida.
                                    La mujer con la que quería pasar el resto de su vida. Hacerse viejo a su lado.
                                    Sin embargo, no se olvidaba de las Woolf. Ante los ojos de la sociedad, seguía siendo miembro de aquella familia. El negocio de construcción de mister Woolf todavía no había sido vendido. Sin embargo, se encontraba en la quiebra.
                                   Charles se hizo cargo de él. Mientras, tanto mistress Woolf como sus hijas se iban acostumbrando poco a poco a vivir en aquella isla.
                                   Phoebe echaba de menos su vida en Londres. Y Lauren no se sentía cómoda sabiendo que Charles no era realmente su hermano.
                                  Las dos echaban de menos la temporada social en Londres. Sin embargo, sufrían al pensar que sus posibilidades de hacer un buen matrimonio se habían esfumado. Tanto Phoebe como Lauren estaban confusas. Era Charles quien se estaba encargando de sacarlas adelante. El mismo Charles al que ambas habían despreciado en el pasado.
                               Y les dolía pensar que su adorado Anthony había sido quién había llevado a la familia a la ruina.
                   
                               Ver a Martha y a Charles paseando juntos se les hacía raro a Daphne y a Bárbara. Especialmente, se le hacía raro a Daphne. Bárbara, en cambio, tenía la mente puesta en otra parte. Daphne estaba más tranquila.
                            Poco a poco, había ido recuperando algo de peso. El color había regresado a sus mejillas. Todas las lágrimas que había derramado por Anthony habían sido una pérdida de tiempo por un hombre que nunca la había querido. Y también había sido una pérdida de tiempo haber odiado a Charles cuando éste sólo quería ayudarla.
                         También ellas habían salido a pasear. Estaban muy cerca de donde estaban Charles y Martha. Pero procuraban no molestar. Daphne se sentía rara.
                          Era feliz viendo que Martha era feliz.
-No me quiero casar-anunció Bárbara de improviso.
-¿Qué estás diciendo?-le preguntó Daphne, mirándola con asombro.
-Si mi vida conyugal se va a parecer a esto, prefiero no casarme. Hace semanas que ni veo a mi prometido ni sé nada de él. Y sospecho que me mintió cuando me dijo que se iba a Edimburgo. Puede que esté en las Highlands. No lo sé.
                         La voz de Bárbara estaba a punto de quebrarse. Pero la joven estaba bastante entera.
-Me temo que mi padre se llevará un disgusto cuando se lo cuente-se lamentó Bárbara.
-¿Qué sientes por tu prometido?-quiso saber Daphne.
-Pensé que podía llegar a quererle. Pero él no me quiere. Y yo no quiero estar atada a un hombre que jamás me querrá y al que nunca llegaré a querer. Sería un suplicio para mí. Yo quiero ser como Martha. Yo quiero casarme por amor con un hombre que me ame de verdad.
                          En aquel momento, Charles y Martha se detuvieron.
                          Ajenos a la presencia de Daphne y de Bárbara, la pareja se fundió en un beso cargado de amor y de pasión a partes iguales.
                          Los ojos de Daphne se llenaron de lágrimas al presenciar aquella escena. Podía entender lo que decía Bárbara. Su prima pedía ser amada.
-Te entiendo-afirmó Daphne-Me casé con Anthony porque estaba enamorada de él. Pensaba que mi amor era correspondido por su parte. Me equivoqué.
-Todos hemos cambiado en este tiempo-observó Bárbara-Ya no odias a tu cuñado.

 

                                     Era verdad. Daphne ya no sentía odio alguno hacia Charles. Tenía la sensación de que toda su vida había sido un completo desperdicio. En el fondo, se alegraba de saber que Charles amaba a su prima Martha. La muchacha siempre había sido como una hermana pequeña. Merecía ser feliz y Charles podía hacerla feliz.
-Es un buen chico-opinó Daphne con sinceridad-Es honesto. Y gentil...

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