martes, 24 de marzo de 2015

AÑADIDO A "LOS BESOS QUE NOS DIMOS"

Hola a todos.
Os dejo con un nuevo añadido a mi fanfic Los besos que nos dimos. 
En mi idea original, esta que Philip le dejara a Faith una carta que había escrito antes de su boda y que, después de su muerte, ella leería.
Finalmente, lo descarté. Pero llegué a escribir una escena donde la carta se lee durante el funeral de Philip.
Os la dejo.

                 El sacerdote leyó durante el responso una misiva que, según él, escribió Philip el día en el que se casó con Faith. Decía así:

“Mi querida Faith:
Si estás leyendo estas líneas es porque estoy muerto. No, no se trata de ninguna broma. Tú y yo hemos vivido mucho y con gran intensidad. Tarde o temprano, la vida acaba pasándonos factura. Si no quiero que leas esta carta es porque no quiero asustarte. No me atrevo a hablarte con sinceridad por esa misma razón. Y menos hoy, el día de nuestra boda. No es que te quiera menos por ocultarte esta misiva, sino porque piensas que soy inmortal y que nada puede conmigo. Te equivocas porque no soy tan fuerte como piensas ni puedo con todo. Desearía morir entre tus brazos porque sólo tú eres la fuerza que me impulsará a mirar a La Muerte a la cara. Eres, además, la persona más fuerte que conozco y sé que lo estarás pasando muy mal en el momento de leerse estas líneas.
Te sentirás muy sola, me lo imagino. Pero quiero que te des cuenta de que no estás del todo sola. A tu alrededor hay gente que te quiere.
Y me tienes a mí que, aunque no me veas, estaré siempre a tu lado, cuidándote, protegiéndote, como llevo haciendo desde que te conocí.
Sé que todo el tiempo que pase a tu lado me sabrá a poco tiempo. Aunque vivamos juntos mil años.
Has sabido mirar en mi corazón.
Has ido más allá de mis orígenes, amor mío. Has sabido ser fuerte.
Te amo por ello. Te admiro por ello.
Quiero pasar toda la vida a tu lado. Pero soy consciente de que eso podría no suceder.
No quiero ponerme triste. Y no quiero llorar en un día tan feliz como éste. Es el día de nuestra boda. Unimos nuestras vidas para siempre, amor mío.
No veo la hora de verte ante el Altar. Oigo a mi madre llamarme a gritos.
Es la hora de irse. Pronto, nos encontraremos.
Uniremos nuestras vidas para siempre. Es el día más feliz de mi vida. Vas a convertirte en mi esposa, Faith.
Y yo me convertiré en tu marido. Deseo hacerte feliz. Quiero que seas la mujer más dichosa del mundo.
No sé si tendremos hijos. Pero sí sé que estaremos juntos. Para mí, es suficiente. Y quiero que sea suficiente también para ti. Quiero pensar que vamos a hacernos viejos juntos.
¿Tú también lo crees, Faith?
 Uno piensa que La Muerte significa la separación de dos personas que se aman y no es verdad porque el amor no termina con La muerte. No el amor que es verdadero. Me queda el consuelo de saber que un día volveremos a estar juntos. Piensa en mí a menudo, pero no te encierres en ti misma. Sal y diviértete y no te atormentes pensando que obras mal. No quiero que te quedes en casa llorando por mí, aunque pienses que es muy frívolo esto que te digo. Quiero  que seas feliz, pese a mi ausencia. Tu felicidad es lo único que me importa.
Ya falta menos. Dentro de muy poco, estaremos casados.
Viviremos dónde tú quieras. Iremos de viaje de novios por toda Europa. O iremos adónde tú quieras ir.
Lo cierto es que eso no me importa mucho. Tan sólo me importa lo que está por venir.
Convertirme en tu esposo. Te amaré siempre, mi querida Faith. Le doy gracias a Dios por haberte conocido. Y sólo le pido a Dios que me permita poder estar contigo siempre.
A veces, tengo la sensación de que se me está concediendo más vida de la que debería de haber tenido. Mi madre me contó que nací prematuro. Estuve muy enfermo.
Pienso que debí de haber muerto cuando nací. Mi madre me pide, asustada, que no diga tonterías. Pero, a veces, tengo el temor de que mi tiempo no tardará en llegar. No quiero asustarte con estas cosas.
Hoy, es un día de alegría para nosotros.
Te amo, Faith, y siempre te amaré.
Philip.”

            En su carta, su esposo le aseguraba que no estaba sola, que tenía a su alrededor a un montón de gente que la quería.