jueves, 30 de octubre de 2014

BESO ANIMADO CON SABOR A CLÁSICO

Hola a todos.
Navegando por Internet, he encontrado una bonita foto de LA PAREJA por antonomasia de los dibujos animados: los eternos enamorados Mickey y Minnie Mouse.
Minnie Mouse hizo acto de presencia por primera vez en un corto del año 1928. Desde entonces, ha sido la eterna compañera sentimental de Mickey Mouse. Da igual si se trata de un corto en el que Mickey corteja a una chica o vive en pareja con una mujer. Siempre es Minnie la que da vida a la chica de la que Mickey se enamora o será su pareja.
En 1933, Walt Disney dijo que Mickey estaba casado con Minnie y se han hecho referencias a su vida conyugal en la serie House of Mouse. 
Siempre juntos...Mickey y Minnie...



Espero que ahora se vea la imagen. La anterior no se veía nada.

viernes, 17 de octubre de 2014

LA HUIDA DE DOS ENAMORADOS

Hola a todos.
Ya sé que prometí que subiría ayer el final de este relato, pero no pude hacerlo porque se me complicaron las cosas.
Por ese motivo, me alegra poder decir que aquí tenéis el final de mi relato La huida de dos enamorados. 
Deseo que os guste este final y espero que hayáis disfrutado con esta bonita historia.

                                  El corazón le latía a gran velocidad a Christine.
                                  Se había despedido de Mina en la salita con un fuerte abrazo. Su amiga le había dado un beso en la mejilla.
                                   Logró salir del internado sin ser vista.
                                   Caminó temblando en dirección a la orilla del río Adyar. Llevaba consigo un hatillo que había hecho a toda velocidad. Escondido en ese hatillo estaban sus ahorros. Un dinero que emplearía nada más salir de aquella isla.
-Harry...-susurró.
                                Él la estaba esperando en el lugar donde solían encontrarse. También llevaba consigo un hatillo de ropa.
                                 Había logrado salir de su casa sin ser visto. Salió por la puerta principal.
                                 Atravesó corriendo todo el jardín. No terminaba de creerse lo que estaba a punto de hacer. Alquiló una barca. El barquero estaba dispuesto a llevarle a cualquier parte. Harry llevaba consigo todos sus ahorros. Más adelante, le escribiría una carta a sus padres informándoles de que tanto Christine como él se encontraban bien.
-¡Has venido!-exclamó Harry gozoso.
-Nunca lo he dudado-afirmó Christine.
-Todo irá bien a partir de ahora, Chrissy.
-Estamos juntos.
                                     Harry llenó de besos el rostro de Christine.
                                     Los dos se fundieron en un fuerte abrazo. Y aquel abrazo estuvo coronado por un largo y apasionado beso.
                                     Se subieron a la barca. Christine dirigió una última mirada al internado. Le daba mucha pena despedirse de Mina.
                                     Pero su futuro estaba delante de ella. Junto a Harry...



FIN

miércoles, 15 de octubre de 2014

LA HUIDA DE DOS ENAMORADOS

Hola a todos.
Aquí os traigo el penúltimo fragmento de mi relato La huida de dos enamorados. 
¡Vamos a ver lo que ocurre entre Christine y Harry!
Mañana, si puedo, espero poder subir el final de esta historia. Que lo merece.
¡Muchas gracias por leerla!

                                 Hasta la noche en la que Harry se coló en la habitación de Christine, se habían limitado a besarse.
                                 Sin embargo, a la noche siguiente de haber tomado aquella decisión, Harry se escapó de casa y se dirigió al internado.
                                Trepó por la fachada del edificio. Tenía una ligera idea de dónde podía dormir Christine. La había visto varias veces asomada a la ventana de su habitación. Todo el mundo en su casa estaba durmiendo. Todo el mundo en el internado estaba durmiendo. El silencio reinaba en la isla.
                                 Christine despertó sobresaltada. Había logrado quedarse dormida un rato antes.
                                De pronto, tuvo la sensación de que no estaba sola en su habitación.
                                Se sentó en la cama. Le latía muy deprisa el corazón.
                                 Encendió la luz de la lámpara de la mesilla de noche. Se llevó una sorpresa cuando vio a Harry de pie ante su cama. ¡Se había colado por la ventana! Christine estuvo a punto de gritar. No entendía qué estaba haciendo allí. ¿Acaso se había vuelto loco?
-Chrissy, nos vamos mañana-le comunicó Harry sin preámbulos.
-¿Qué estás diciendo?-se extrañó ella.
-Mañana, nos veremos donde siempre nos vemos. A la orilla del río Adyar...Pero tú no regresarás a este lugar. Ni yo regresaré a mi casa.
                         Harry se acercó a Christine, se sentó a su lado en la cama y le cogió las manos. Christine se percató de que su amado tenía las manos muy frías. Harry estaba temblando.
-¿Es que nos vamos mañana?-se asombró ella.
                            Antes de darse cuenta, la boca de Harry buscó la boca de Christine y la besó con verdadera pasión.
                              Ella le rodeó el cuello con los brazos y lo abrazó. Sentía que todo estaba ocurriendo demasiado deprisa.
                              Harry volvió a besarla.
                              De pronto, se dio cuenta de que no quería dejar a Christine. Y a ella le pasaba lo mismo.
                              Los dos acabaron sobre la cama de Christine acostados. No podían dejar de besarse. no podían dejar de abrazarse. Se acariciaron el uno al otro con las manos.
                               Los besos que se dieron fueron cada vez más apasionados. El uno acarició con la lengua la piel del otro.
                               Se entregaron sin reservas el uno al otro. Se juraron amor eterno.
                               Fuera, la noche era cada vez más oscura. Hannah no se dio cuenta de nada. Nadie en el internado se despertó. Ni se enteró de lo que había ocurrido en la habitación de Christine.



                             Harry tuvo que abandonar la habitación de su amada antes del amanecer.
                            Christine se había puesto ya el camisón cuando Harry se vistió casi a trompicones. Hannah no tardaría en ir allí a despertar a la joven. Y su preceptor también solía entrar en su habitación.
-Recuérdalo-le pidió Harry.
-Esta tarde...-recordó Christine-A orillas del río Adyar...No sé cómo me llevaré mi ropa.
-Todo saldrá bien.
-Me va a doler despedirme de Mina. Es como una hermana para mí.
                            Harry besó con ardor a Christine en los labios.
                            Esta tarde, pensó. Estaremos juntos para siempre.
                            Bajó por la fachada del edificio.
                            Christine vio cómo saltaba al jardín. Logró caer de pie. Se alejó caminando de espaldas. Sin apartar la vista de Christine.
                             La joven se fijó en la mancha de sangre que había en su cama. Ya no soy virgen, pensó con cierto regocijo. Debía de hacer algo para disimular aquella mancha de sangre.

martes, 14 de octubre de 2014

LA HUIDA DE DOS ENAMORADOS

Hola a todos.
Hoy, me está costando horrores que Internet funcione como debería.
Sin embargo, he conseguido, por el momento, que funcione.
Así que aquí os dejo con un fragmento de mi relato La huida de dos enamorados. 
¡Vamos a ver lo que le depara a Christine y a Harry!

                              Intentar centrarse en los estudios era un suplicio para Harry.
                              El joven tenía un preceptor que era el que le daba clase en la biblioteca de su casa cuatro horas al día.
                              El preceptor pensaba que Harry debía de ser el heredero.
                              Las noticias que llegaban acerca de su vida en Londres eran preocupantes. Vivía lejos de la isla de Quibbble. Pero su manera de comportarse era tan escandalosa que los comentarios llegaban hasta aquel remoto lugar.
                             Pero Harry no podía pensar en nada.
                             No pensaba en los escándalos que protagonizaba su hermano. Sólo podía pensar en Christine. Tenía que hacer algo para ayudarla a escapar del internado lo antes posible.
                             Ni siquiera podía prestar atención a la lección de aquel día. Su preceptor intentaba inculcarle el mito de la caverna. ¿Una caverna?
-Oscuridad...-oyó leer a su preceptor-Hombres...Luz...Caverna...
                            Harry lo decidió. La vez siguiente que se viera con Christine, ella no regresaría al internado.
                             Debía de hacer algo para hacérselo llegar.
-Joven Harry...-le llamó la atención su preceptor-No me está escuchando.
-Estaba prestando atención-mintió Harry-Mucha oscuridad, ¿no?
                            Su preceptor frunció el ceño. Harry pensó que debía de actuar lo más rápido posible.
                           No dispondrían de mucho tiempo. Él tenía bastante dinero ahorrado. Christine también tenía bastante dinero ahorrado. Podían ir a cualquier parte del mundo. Pasarían estrecheces, pero lograrían superarlas.
                               Harry respiró hondo. Era la única idea que se le ocurría para sacar a Christine del internado. Con un poco de suerte, no lograrían poner en riesgo a Mina.
                                  Recordó su último encuentro a orillas del río Adyar. Se habían visto la tarde antes.
                                  Se habían besado con pasión. Se habían abrazado con fuerza.
                                  Te sacaré de ese lugar, se juró así mismo Harry. No permitiré que te casen con el marqués cuando nos queremos tanto, Chrissy.

lunes, 13 de octubre de 2014

LA HUIDA DE DOS ENAMORADOS

Hola a todos.
¿Os acordáis de mi relato La huida de dos enamorados?
Era mi fanfic de una novela de Bárbara Cartland titulada La gran aventura. 
La protagonista de mi relato, Christine, es una muchacha perteneciente de la aristocracia inglesa que está estudiando su último año en un remoto internado de La India durante el siglo XIX.
Christine está enamorada de un joven llamado Harry. Sin embargo, su padre, un tanto obligado por su segunda esposa, planea casarla con el amante de ésta en contra de su voluntad. Christine se desespera.
Después de mucho tiempo sin subir ningún fragmento de esta historia, me he animado a terminarla.
No quiero dejar una historia a medias y es una buena idea continuar todo lo que tenía empezado.
Vamos a retomar, desde este mismo momento, lo que le depara el futuro a Christine y a Harry.

                             Christine llegó corriendo a la orilla del río Adyar, donde Harry, comos siempre, la estaba esperando.
-¿Qué te ocurre, amor mío?-le preguntó Harry cuando Christine llegó a su altura-Tienes los ojos hinchados.
-Mi madrastra...-respondió Christine-¡Eso es lo que me pasa!
                            Empezaron a caminar.
                            Christine había recibido una carta de su madrastra aquella misma mañana. La joven llegó a la conclusión de que su padre estaba empezando a sospechar que su esposa tenía un amante. Lady Lydford pretendía acelerar la boda. En breve, empezarían los preparativos. La fecha estaba a punto de fijarse.
                             Christine estaba desesperada. No veía forma alguna de escapar del internado. Tras recibir aquella carta de su madrastra, se había venido abajo. Sentía cómo la esperanza se había evaporado en su interior.
-¡No me gusta que hables así!-le instó Harry-No puedes perder la fe.
-¿Cómo voy a salir del internado?-se desesperó Christine.
-Lo pensaremos entre los dos. ¿No dices que te va a ayudar tu amiga Mina?
-Lo que le he pedido es una completa locura.
                             Christine le había pedido a Mina que se hiciera pasar por ella. Su futuro marido nunca la había visto en persona.
                              Mina podía hacerse pasar por Christine. Al principio, le había parecido una buena idea. Pero, ¿y si su padre quería ir a verla a casa de aquel hombre? Se daría cuenta nada más ver a Mina que no era Christine. Y eso podía llegar a ser peligroso para Mina. Lord Lydford tenía poco genio.
-Es mi madrastra la que se ensañaría con ella-admitió Christine.
                             Se detuvieron. Christine se sentía mal.
-Estoy siendo egoísta al pensar en mí misma-se acusó-No he debido pedirle a Mina se que haga pasar por mí.
-El plan todavía no se ha llevado a cabo-le recordó Harry.
-¡No se me ocurría otra idea!
                               Su futuro marido estaba pensando en ir a verla. Además, la directora del internado y las demás profesoras conocían demasiado bien a Mina y a Christine. La muchacha sentía que le iba a estallar la cabeza.
                               Harry le dio un beso en una mejilla.
-Es verdad que es un plan disparatado-reconoció el chico-Pero no se te ha ocurrido nada mejor. Y a mí tampoco se me ocurre nada.
                               Christine se echó a llorar. Lo último que quería hacer en aquellos momentos era poner en peligro a Mina. Desde que se conocieron, había sido como una hermana para ella. Siempre la había protegido. No pensaba dejar de protegerla en aquellos momentos. Pero tampoco podía renunciar a Harry.
                                El joven la besó de lleno en los labios. La besó con todo el amor que sentía por ella.

                                Los encuentros entre ambos se sucedieron en los días siguientes. Mina, por su parte, no sabía qué hacer. Christine se arrepentía de haberle pedido que se hiciera pasar por ella. En una visita que la chica le hizo a su salita de estar llegó a pedirle que lo olvidara.
                                Mina se quedó atónita. Le había sorprendido la idea de Christine.
                                Pero, por otro lado, debía de ser práctica.
                                Podía casarse con aquel hombre.
                                Era rico. Y, hasta donde sabía, era apuesto.
-Yo estoy dispuesta a hacerme pasar por ti-decidió Mina-Pienso que es la mejor solución. Después de todo, no es nada peligroso.
-Puede que mi padre quiera ir a verme-le recordó Christine, asustada-Pero no me verá a mí. Te verá a ti. Y mi madrastra se enfadará contigo. ¡No quiero que te pase nada!
-La otra opción es malísima para las dos. Yo me quedaría en la escuela en calidad de criada de mistress Fontwell. Y no me gusta nada la idea. Y tú te casarías con el marqués. No quiero ser la criada de nadie. Y tú no quieres ser la criada del marqués. Por mucho que me duela, admito que soy ambiciosa. Aspiro a algo más que a fregar suelos de rodillas.
-¿Y si el marqués no te hace feliz? ¿Y si se descubre la verdad?
-Quiero pensar que es un buen hombre. Comprenderá. Y nos ayudará. Puede que llegue a quererme. Es la clase de hombre que busca una esposa casta y pura. Y yo soy todo eso.



                                    Christine era feliz cuando se encontraba a solas con Harry. Nadie sospechaba nada acerca de aquellos encuentros con Harry.
                                    Sentía que sólo era feliz cuando Harry la besaba con pasión en la boca.

jueves, 9 de octubre de 2014

SEGUNDO MICRORRELATO

Hola a todos.
Éste es el segundo microrrelato que escribo.
He querido subirlo a este blog porque lo tengo abandonado desde hace algún tiempo y no es justo.
El primer microrrelato lo escribí para participar en el Certamen de Microrrelatos que organizó el año pasado nuestra buena amiga Anna Soler Segura en su blog "Romance". No gané, pero me gustó mucho escribir algo que se salía de lo que suelo escribir. Un microrrelato contemporáneo...
En esta ocasión, lo que quiero hacer es escribir un microrrelato de época.
Ya intenté escribir algo parecido. Mi idea original con mi blog novela "Una brisa suave" era escribir un conjunto de microrrelatos que, unidos, contaran una historia. No me salió lo de los microrrelatos de época, pero me está gustando cómo está quedando esta historia de amor.
He querido escribir un microrrelato a partir de una historia que conozco y que también se sale un poco de lo que suelo escribir. Mi relato Los besos que nos dimos, el fanfic de Toda una dama. 
Espero que os guste.

LOS BESOS QUE NOS DIMOS

                           Los días pasan sin Pip. 
                           Escribo estas líneas en mi diario. 
                           Me dirijo a Bath. 
                           He aceptado acompañar a mi suegra lady Charlotte y a su madrastra Lizzie a Bath donde piensan que están varios miembros de la familia Ogden, la familia que adoptó a Pip cuando nació. Pero el pasado de Pip no me importa. Sus orígenes no me importan. 
                            Cuando lo conocí en Bath, quedé impresionada por su porte aristocrático y regio. Y fue su sonrisa cautivadora la que me hizo enamorarme de él. Pero el hombre al que amo ya no está. 
                              Recuerdo cómo yacíamos juntos en la misma cama. Los besos tan fogosos que nos dábamos desnudos en el lecho que compartíamos noche tras noche. Recuerdo. Lo recuerdo con total intensidad. 
                              Recuerdo cómo llenaba de besos mi cara. Cómo me besaba en el cuello muchas veces. Cómo cubría con sus besos cada centímetro de mi piel. Cómo me estremecía con su contacto. Cómo le besaba yo en el torso. Cómo me hacía suya con fuerza y con ternura al mismo tiempo. 
                               Cómo me besaba en la mano en los primeros días en los que me cortejaba y nos encontrábamos en Hyde Park. 
                              Recuerdo la ternura que Pip ponía en todos los besos que nos dimos.