viernes, 20 de junio de 2014

LOS BESOS QUE NOS DIMOS

Hola a todos.
Ha pasado algún tiempo desde que hice una entrada en este blog y ha pasado aún más tiempo desde que subí el último trozo de Los besos que nos dimos. 
Hoy, vamos a seguir indagando en la relación entre Faith y Philip a través de los recuerdos de ella.

                             Faith permaneció todo el día siguiente en casa de lady Olivia, sin querer marcharse. Domenica permaneció a su lado y logró convencerla de que salieran a dar un paseo por el jardín. Faith tuvo que aceptar, obligada, en parte, por lady Bathseba. La pobre mujer había envejecido treinta años de golpe. Era ya de noche y hacía algo de frío, pero Faith llevaba días sintiendo frío dentro de su cuerpo. En su corazón...
-Estás siendo muy fuerte-la alabó Domenica.
-No soy fuerte-replicó Faith.
-Te has venido abajo muchas veces. Pero logras levantarte y seguir adelante. Creo que yo no podría hacer eso.
-¿Estás enamorada de tu marido? ¡Lo siento! No quería decir eso.
-Me he hecho esa pregunta muchas veces. Sentí una gran envidia hacia ti porque amabas a Pip. Y él te amaba a ti. Yo deseaba eso para mi matrimonio. Por desgracia, no es así.
-Lo siento mucho.
                             Los bonitos ojos de color azul de Faith habían derramado muchas lágrimas a lo largo de aquellos días. Su hermoso rostro era la perfecta imagen del dolor que sentía.
                            Lady Charlotte acudió a visitar a lady Olivia y, al ver a Faith en el jardín, no dudó en acercarse a darle un abrazo a su nuera. Las dos mujeres estaban destrozadas por la pérdida de Philip. Lady Charlotte había perdido a su hijo dos veces. Pero aquella segunda vez era la definitiva. No volvería a ver a su querido Pip.
-Milady...-balbuceó Faith entre sollozos-Yo...
-No estás sola, mi querida hija-le aseguró lady Charlotte-Prefiero pensar que eres mi hija.
-Pero...
-Me tienes a mí. Nos necesitamos mutuamente, Faith. Hemos de ser fuerte porque sabemos que a Pip no le gustaría vernos así. Hundidas...Yo seré fuerte si tú eres fuerte, hija.
                          Depositó un beso sobre la helada frente de Faith.
                          En una de las casas que había en la calle alguien había empezado a tocar el piano. Se trataba de una melodía triste. Era el perfecto estado de ánimo en el que se encontraba toda la familia Carsington.
                            Los días seguirán pasando, pensó Faith. Yo terminaré acostumbrándome a estar sola en mi casa porque Domenica tendrá que irse. Mi familia vendrá a verme. No estaré sola mucho tiempo. Pero mi familia también se irá. Y yo volveré a quedarme sola. Sola...Sin Pip...Sin mi amado...No soy vieja para volver a enamorarme, pero mi corazón sólo le pertenece a un hombre. A Pip...
                          Lady Charlotte se apartó de ella.
-Voy dentro-le informó-Quiero saber cómo está Olivia.
-Está dormida-le explicó Domenica-Su madre está con ella.
-Lizzie ha querido venir, pero le he dicho que sería mejor que se quedara. No está para pasar toda una noche levantada. Las fuerzas le fallan.
-Lo comprendemos, señora-dijo Faith.
-Llámame Charlotte, por favor. Quiero pensar que eres mi hija. Sólo te tengo a ti.
                           Lady Charlotte se metió dentro de la casa de lord Benedict y de lady Olivia. El corazón de la dama estaba junto a la mujer que había estado a punto de perder a su única hija. Faith pensó en lord Benedict y en lo cerca que había estado de perder a su mujer.
                           Se quedó a solas en el jardín con Domenica. Faith notaba cómo los huesos de su cuerpo le dolían.
-No has comido casi nada desde que Pip cayó enfermo-le recordó Domenica-Y mucho me temo que llevas el mismo tiempo sin dormir.
-La enfermedad que se cebó con él duró poco-le contó Faith-Yo le cuidé mucho. Pero lo perdí. No pude hacer nada por él. Por salvarle la vida. Meningitis...El médico me comunicó que mi marido estaba enfermo de meningitis.
-Deberías comer algo. Y dormir un poco.
-No puedo dormir. No puedo comer.
-Intenta hacerlo. Piensa que vas a caer enferma.
-Sí...Pero...
-Será mejor que vayamos dentro. Que cojas tu capa. Y que nos vayamos.
                         Domenica abrazó con cariño a Faith.
                          Para la joven, la vida había perdido todo su sentido desde el día en el que Philip murió. Lo único que había deseado era hacerse vieja a su lado. Pero aquel deseo no se iba a hacer realidad.
                            Obligada por Domenica, Faith entró dentro de la casa de lord Benedict y de lady Olivia. Fuera, seguían sonando las notas tristes que alguien arrancaba al piano.
                            Alguien le puso la capa a Faith. La joven notó cómo le temblaban las manos al ponerse su sombrero. Lord Benedict le besó las manos y le agradeció el haberse preocupado tanto de su esposa.
-Por favor...-dijo Faith-Dígale a Olivia que deseo que se recupere pronto. Me gustaría hablar con ella.
                            Todos los miembros de la familia Carsington besaron a Faith en las mejillas. Lady Bathseba también bajó a despedirse de ella. Había dejado a lady Olivia en compañía de lady Charlotte. La joven seguía profundamente dormida.
-Lamento tener que irme-se excusó Faith.
-No importa, querida-le aseguró lady Bathseba-Eres humana. Necesitas descansar.
                 


                          Faith pensó en Philip y en las sonrisas tan cautivadoras que le dedicaba. Recordaba lo feliz que se sentía cuando estaban juntos. Cuando yacían juntos en la cama y él la abrazaba con fuerza. Recordaba los besos apasionados que se daban entonces. Recordaba cuando él entraba en el salón y la besaba con ternura.
-Alquilaremos un carruaje-le propuso Domenica cuando abandonaron el jardín-Es ya noche cerrada. No quiero que ningún demonio saltarín nos ataque.
-No pasaría nada-replicó Faith.
-Vámonos a casa.

jueves, 5 de junio de 2014

ROBERTA MACFARLANE

Hola a todos.
Hoy, me gustaría presentaros a un personaje muy querido para mí.
Se llama Roberta MacFarlane y es la protagonista de mi relato Nunca te enamores de un hombre lobo. 
Este relato nació en este blog como un modo de festejar Halloween y he subido al blog de María Esther, "Anescris", este mismo relato en una versión más extendida y con algunos cambios.
Mi intención al escribir este relato era contar una historia de hombres lobos tal y como eran reflejados en las películas de Lon Chaney, como un ser solitario y atormentado por una maldición.
Jason es el protagonista masculino de esta historia. Es un joven que vive atormentado por una maldición que afecta sólo a los varones de su familia. En las noches de Luna Llena, los varones MacFarlane se convierten en seres salvajes y bestiales.
Las mujeres MacFarlane son inmunes a la maldición. Jason y su hermana mayor, Elaine, se van a vivir con sus tíos Angus y Leslie al quedar huérfanos. Al haber tres jóvenes viviendo en la casa (Elaine y sus dos primas Raven y Roberta), se intenta mantener a las tres chicas al margen de lo que está pasando realmente.
Roberta tiene diecisiete años. Se trata de una muchacha de carácter alegre. Le gusta mucho hablar, aunque no es chismosa. Es inteligente. Roberta sospecha que hay algo raro en los hombres de su familia y trata de indagar.
Roberta se ha convertido en una muchacha muy hermosa. Y eso acaba llamando la atención de su primo Jason.
También es una joven muy familiar que adora a sus primos y a su hermana mayor, Raven.
He imaginado a Roberta con el rostro de la actriz Wynona Ryder.
Las dos comparten un físico muy similar. Con un cabello negro y largo...Con un rostro de facciones delicadas...
Juzgad vosotros si Wynona, en su caracterización como Jo March, y aunque hoy esté algo caída en desgracia por sus problemas con coger cosas ajenas, podría ser la perfecta Roberta MacFarlane.