jueves, 2 de enero de 2014

UN CABALLERO PERFECTO

Hola a todos.
El fragmento que os traigo hoy de Un caballero perfecto hace referencia al refrán: "No hay peor ciego que el que no quiere ver".
Daphne no quiere admitir cómo era realmente su matrimonio.

                          La criada sirvió para acompañar el té de las cinco un plato de tarta de chocolate. Partió un pedazo. Se lo tendió a Daphne. La joven lo agradeció. Lo probó. Martha también aceptó el trozo que le ofreció la criada.
-Señora Daphne, dicen que el chocolate ayuda a aliviar las penas-le comentó a la joven.
                        Se retiró de manera discreta.
-¡Ojala tenga razón!-suspiró Daphne.
                          Martha se llevó un poco de tarta de chocolate a la boca. La tarta estaba deliciosa. Pero el rostro de Daphne seguía estando triste.
-Me gustaría hacerte una pregunta-se decidió Martha.
-¿De qué se trata?-inquirió Daphne.
-Es sobre tu matrimonio.
-¿Qué es lo que quieres saber?
-¿Cómo era?
-Tony y yo éramos felices.
                          Se habían quedado solas en el salón. Martha arqueó las cejas. Daphne se dijo así misma que su matrimonio era feliz. Anthony la amaba. Bebió un sorbo de su taza de té. ¿Por qué todo el mundo parecía dudar de Anthony?
-Dime la verdad-le pidió Martha.
-Nos has visto juntos muchas veces-le recordó Daphne-Tony me adoraba. Vivía sólo para complacerme.
-¿Lo dices en serio?
                        Daphne sonrió al pensar en su marido. Sentía por Anthony una adoración que rayaba la devoción. En su fuero interno, había cosas de su matrimonio que no le gustaban. Anthony nunca se había quedado dormido abrazado a ella.
-Mi matrimonio era perfecto-contestó la joven-Fui muy feliz durante el tiempo que estuve casada con Anthony. Él me amaba con locura. Y quería a nuestro hijito. Habría sido un buen padre. Yo sé que él me era fiel.
-Daphne, tu marido no era ningún Santo-le recordó Martha-Acuérdate de lo que se decía de él, incluso, después de casados. ¿Acaso lo has olvidado?
                        Daphne bajó la vista, intentando no pensar en aquellos espantosos rumores que corrían acerca de Anthony. Era el hijo mayor de los Woolf y siempre había estado muy mimado. Sus padres le consentían todo. Estaban completamente volcados en él. Sus preceptores acabaron tirando la toalla con él. Y sus hermanos asumían todas las culpas que eran, en realidad, de Anthony.



-Tony era muy envidiado por todo el mundo-afirmó Daphne casi con terquedad-Las madres con hijas casaderas le perseguían.
-Yo escuché que no era bien recibido en ninguna casa respetable-aseveró Martha.
-Eran rumores.
-¿En serio lo crees?
                        Daphne asintió casi con vehemencia.
                        Sin embargo, recordó algo que deseaba con todas sus fuerzas poder olvidar.
-Yo creo que estaba asustado y nervioso-le aseguró a Martha-Cuando le comuniqué que íbamos a ser padres, no se alegró. Fue imaginación mía. Lo sentí más distante. Más lejos de mí...¡Pero ya te digo que fue imaginación mía! Tony me amaba con todo su ser. Lo que pasó fue que se puso nervioso cuando se enteró de que yo iba a darle un hijo. Nos quería muchísimo a los dos.
                       Te casaste con un auténtico canalla, pensó Martha. Y te niegas a verlo.
-¿Tu marido quería ser padre?-interrogó a su prima.
-¡Espero que no pienses que Tony me era infiel!-se escandalizó Daphne-Estaba preocupado porque pensaba que no sería un buen padre. No me lo dijo, pero, como le conocía tan bien, lo adiviné. Me habría gustado hablar con él. Calmar sus temores.
-¿Salía mucho sin ti por las noches?-Había mucho escepticismo en la voz de Martha.
-Yo no podía salir con mi embarazo. Y Tony...A él no le gustaba estar encerrado. Era muy sociable. Se llevaba bien con todo el mundo.
-El problema no es ése, Daphne. El problema es otro. Creo que tú no lo conocías bien. Decidiste que estabas enamorada de él. Te pusiste una venda en los ojos. Tony no cambió cuando se casó contigo. Su fama empeoró. ¿O es que no lo sabías?
-Estás muy equivocada, Martha. Tenía algunos enemigos en Edimburgo. Se encargaron de intentar arruinar su reputación con historias horribles sobre él. ¡Pero no lo consiguieron!
-Daphne...
-No olvido a mi marido. Te puedo asegurar que, cuando me conoció, Tony cambió por completo. ¡Es verdad!

3 comentarios:

  1. Dios que terca como tu dices no hay peor ciego que el no quiere ver. Un beso y buen fin de semana

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    1. Hola Citu.
      Daphne está muy enamorada de su marido. Y hay otro refrán que dice que "el amor es ciego". No quiere ver o es incapaz de ver cómo era realmente su marido.
      Un fuerte abrazo. Y que pases un feliz fin de semana, Citu.

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  2. Daphne merece saber la verdad. Me encanta cuando encuentro suspenso.
    Saludes

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