Hoy, retomo mi novela El caballero perfecto.
En el fragmento de hoy, veremos cómo Charles le habla a Phoebe de Martha.
¡Vamos a ver lo que pasa!
Aquella noche, Charles entró en la habitación que le asignó a su hermana. Phoebe se estaba cepillando el pelo. Se había quitado el vestido que había llevado puesto durante algunos días, el tiempo que duró el viaje. Se había puesto el camisón. Se había lavado en una jofaina con agua fría. Pensaba que debía de acostumbrarse a no tener servicio.
-¿Vas a volver a Edimburgo conmigo?-le interrogó Phoebe.
-Me temo que no-contestó Charles.
Phoebe empezó a inquietarse. Ella se había jurado así misma que pensaba regresar a casa con Charles. ¿Acaso no se daba cuenta de que su familia le necesitaba? ¿O es que quería vengarse de ellos por cómo se habían portado con él? Phoebe pensaba que estaba siendo injusto. ¿O acaso había algún motivo por el cual Charles quería quedarse en la isla?
-Hay alguien aquí-afirmó Phoebe-Alguien que ha captado tu interés.
-Sí...-tuvo que admitir Charles-Hay una joven.
Aquella afirmación despertó el interés de Phoebe.
Era un chico muy guapo, de unos veintidós años.
El chico era alto. Tenía el cabello negro. Sus ojos eran enorme, de color pardo y mirada risueña.
Phoebe suspiró. Charles era un joven que, de haber querido, habría roto numerosos corazones.
-Siento algo muy fuerte por ella-prosiguió el joven-No lo había sentido antes por nadie.
Phoebe lo escuchó fascinada. Por primera vez, Charles admitía que estaba enamorado. El hecho de no haber protagonizado nunca un escándalo a causa de un lío de faldas había despertado las burlas de Anthony. Afirmaba cosas horribles de él. Phoebe se estremeció con el recuerdo.
-¿De quién se trata?-inquirió.Durante unos instantes, Charles guardó silencio. Phoebe pensó que la curiosidad acabaría con ella. A lo mejor, pensó, conocía a aquella joven.
-Se trata de una de las primas de Daphne-contestó Charles-La amo.
-¿Estás enamorado de Bárbara Kendix?-quiso saber Phoebe-Ten cuidado. Es la prometida de lord Dennison.
-Estoy enamorado de Martha Kendix.
-Entiendo.
Charles era el primero en admitir que Martha no era una belleza. Al menos, una belleza en el sentido clásico de la palabra.
Era una muchacha de apariencia angelical, al menos, en su opinión. Era un tanto distraída. Pero eso formaba parte de su encanto. Era adorable. Era bajita y delgada. A Charles le recordaba a una graciosa muñeca. Tenía una carita redonda rodeada por una masa de esponjosos rizos negros.
-Vamos a cambiar de tema-sugirió Charles-Háblame un poco de ti.
-Nunca he tenido muchos pretendientes-le recordó Phoebe-Ya la cosa no ha variado mucho desde que murió Tony. Además, empiezan a circular rumores acerca de mi dote.
-No pienses en eso ahora, hermana. Olvídalo.
Charles recordó la conversación que había mantenido un rato antes con Martha. La joven le había dado un beso antes de irse en los labios.
-Haz lo que debas-le exhortó.
Charles se sentía atrapado. Su familia le necesitaba. Y él, a su vez, necesitaba a Martha.
-Me voy a la cama-anunció Charles.
-¿Cuándo piensas contratar servicio?-inquirió Phoebe-Podríamos convertir esta casa en nuestro nuevo hogar.
-¿Es que os han embargado la casa?
-No lo sé. Padre está hablando con el administrador. No quiere que nos echen a la calle. ¡Oh, Charles! ¡Tengo mucho miedo!
-Todo se solucionará, hermana.
Pobre Charles and Phoebe. Muy emocionante.
ResponderEliminarSaludes
Uy espero que Charles ayude a su hermana sin perder a su amor. Adoro esta historia te mando un abrazo
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