miércoles, 5 de febrero de 2014

UN CABALLERO PERFECTO

Hola a todos.
Por muy buenas razones, he tenido algo olvidado este blog.
No sé cuándo podré volver a subir un nuevo trozo de Un caballero perfecto. 
Sin embargo, he podido subir este pequeño trozo.
Reunión entre Phoebe, Bárbara y Martha. Phoebe trae malas noticias para Daphne que comparte con las primas de ésta.

                        Bárbara recibió una nota de Phoebe al día siguiente.
-Me emplaza a verla esta tarde en la orilla del lago-le contó a Martha.
                        Las dos estaban en el jardín. Martha se dedicaba a cortar unas cuantas rosas. Quería ponerlas en agua fresca en un jarrón del salón. Miró a Bárbara. Su hermana parecía estar preocupada.
-Ignoraba que la cuñada de Daphne estuviera en la isla-comentó la joven-Dice que necesita hablar conmigo. No dice de qué se trata.
-Querrá ver a Daphne-sugirió Martha.
-No lo creo. Recuerdo que Phoebe era muy posesiva con Anthony. Parecía estar celosa de nuestra prima. Todas las mujeres de esa familia estaban como locas con él. Anthony era como una especie de Rey para ellas.
-Una manera curiosa de verlo. ¿Qué vas a hacer?
-Iré a verla. Puede que sólo quiera comentarme cómo van las cosas por Edimburgo. Hace mucho tiempo que no voy por allí.
                       Martha se ofreció a acompañarla. Decidieron que no le dirían a Daphne, por el momento, que su cuñada estaba en la isla. Sí se lo dijeron, en cambio, a sus padres. Cynthia buscó la manera de mantener a Daphne entretenida con un sencillo bordado. Bárbara y Martha se escabulleron sin que su prima se diera cuenta.
                        Se dirigieron a la orilla del lago.
                       Hacía un rato que Phoebe había llegado. Besó a Bárbara en las mejillas a modo de saludo cuando la vio llegar. Y también besó a Martha en las mejillas.
-Tenéis las dos muy buen aspecto-comentó la joven.
-Pero tú estás muy desmejorada-opinó Martha.
-¡Martha!-se escandalizó Bárbara. Miró a Phoebe-Te ruego que la perdones. ¿Qué estás haciendo aquí?
-He venido a ver a Charles-contestó Phoebe-Sé que está viviendo aquí. Tenemos problemas. Creo que te lo he contado en la nota que te envié ayer. Pero la cosa es muy seria. Y afecta también a Daphne.
-¿A Daphne?-se inquietó Bárbara.
                     Las tres comenzaron a caminar.
                     El corazón de Martha pareció detenerse. Un presentimiento pasó por su mente. Phoebe retorció sus manos con gesto nervioso. No sabía por dónde empezar.



-Mi hermano Tony no era ningún Santo-empezó a hablar-Mi madre era la encargada de pagar sus deudas de juego hasta que se hartó porque la amenazaron de muerte dos de sus acreedores. Tony se casó con Daphne por su dinero. Aunque, sospecho que eso no supone ninguna sorpresa para vosotras. Vuestro tío, como ya sabéis, era uno de los hombres más ricos de toda Escocia. A su muerte, le legó toda su fortuna a vuestra prima. Ella sí ama a Tony. Pero mi hermano...
-Ha pasado algo-la interrumpió Martha-Y tiene que ver con nuestra prima. Desembucha.
                        Phoebe suspiró hondo. Había hablado con el administrador de su familia a petición de éste a solas. El hombre había sido brutalmente honesto con ella. Anthony había despilfarrado toda la fortuna de los Woolf en juergas, partidas de naipes y amantes a las que costeaba sus costosos caprichos. Pero no se había conformado sólo con arruinar a los Woolf.
-¿Quieres decir que Daphne está en la ruina?-se indignó Bárbara.
-Eso es lo que dice mi administrador-admitió Phoebe-Mi hermano podía acceder a su dinero libremente. Daphne se lo permitía.
-¡Ese dinero era de mi tío! Al morir él, pasó a Daphne. ¡Tony no tenía ningún derecho a cogerlo! ¡Era el dinero de Daphne!
                        Martha pensó que se iba a desmayar. Estaba mareada. Sabía que Anthony era un maldito hijo de perra. Pero, ¿cómo había sido capaz de hacerle eso a Daphne? ¡Ojala te pudras en el Infierno, malnacido!, pensó con rabia.
-¡Daphne tiene que saberlo!-exclamó con indignación.
-No puede saberlo-se angustió Bárbara-No lo soportaría. ¡Se moriría de la pena!
                    Sentía que le iba a estallar la cabeza.
-Tu hermana tiene razón-afirmó Phoebe.
-No lo creo-se lamentó Bárbara.
-Es necesario-intervino Martha-Daphne no puede seguir viviendo engañada.
-Es cierto-aprobó Phoebe.  

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