lunes, 14 de septiembre de 2015

ESCENA DE MI FANFIC

Hola a todos.
Aquí os traigo una nueva escena de mi "fanfic".
Espero de corazón que os guste.

                               Theodosia salió a dar un paseo por el jardín.
                               Había pasado un día desde que Evan se marchó. A pesar del dolor que experimentaba en su corazón, Theodosia fue incapaz de derramar una sola lágrima.
                                Recordaba los besos que Evan le había dado. Las caricias que sus labios habían brindado a su cuerpo.
                              Judith fue tras Theodosia. No quería dejarla sola.
                             Dieron un paseo por el jardín. Fue Judith la que llevó el peso de la conversación.
                              Le habló de Theodosia lo hermosas que estaban las rosas que habían plantado. Le mostró los lirios que la madre de la joven había plantado y que estaban creciendo. Le habló acerca de la posibilidad de plantar claveles. Theodosia parecía estar sorda. No escuchaba nada de lo que le estaba diciendo Judith.
-Estoy muy preocupada-se sinceró la doncella.
-Evan va a volver-insistió Theodosia-Me lo ha prometido.
-Pero...Va a estar un año fuera de casa. Y un año es mucho tiempo.
-Nos amamos.
-Eso no lo dudo.
                         Theodosia retorció sus manos con nerviosismo. Podían pasar muchas cosas en el transcurso de un año. Evan podía serle infiel con otras mujeres. Había escuchado historias acerca de hombres que se quedaban a vivir en otros países, lejos de sus esposas, porque se habían enamorado de otras mujeres.
                          No tenían nada en común. Evan estaba enamorado de Egipto. Theodosia no sabía nada acerca de aquel país. Ni siquiera habían tenido un hijo para estar más unidos.
                          Judith recordó lo que le habían dicho sus tías acerca de Theodosia. La joven todavía no se había casado.
                          Le dijeron que veían a otro hombre en su vida. Otro hombre que sería su gran amor. Pero que aquel hombre venía de muy lejos.
-¡Son tonterías!-exclamó Judith.
-¿Decías algo?-inquirió Theodosia-Te he oído hablar.
-No decía nada.
                          Evan acabaría volviendo a casa, pero cambiado, pensó Judith. Eso era lo que le habían dicho sus tías que iba a ocurrir.
-Tenga fe en su marido, señorita Theodosia-le aconsejó-Ya verá como le es leal.
-¡Eso espero!-suspiró la aludida-No podría soportar una traición si viene de él. ¡Lo quiero mucho!


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